Federico Gamboa (1864-1939)

Federico Gamboa

Federico Gamboa (1864-1939)

Federico Gamboa

por Antímaco Sax

Sax, Antímaco. Los mexicanos en el destierro, San Antonio: International Printing Co. 1916, pp. 54.

El autor de la nota a Mr. Lind salió también de su patria para el destierro por haber cometido el “pecado” imperdonable para los revolucionarios, de sostener, en el Ministerio de Relaciones, durante la época de Huerta, que México era un país libre y soberano, y que, en consecuencia, nada tenía que ver el presidente Wilson con nuestra política interior. Vino a los Estados Unidos donde organizó, en unión de don Ismael Zúñiga y algunos otros, la Asamblea Pacificadora Mexicana; asociación un tanto candorosa que se proponía devolver la paz y el orden a nuestro pueblo, por medios legales y pacíficos. En la sesión inaugural de la Asamblea, se tomó el acuerdo de enviar a los principales jefes revolucionarios sendos telegramas invitándolos a la concordia y la unión. La respuesta no se hizo esperar, y vino en términos tales, que no desmintió la fama de innobles, insolentes y plebeyos de que justamente gozan esos héroes de encrucijada. Una vez más se comprobó en tal ocasión que no hay peor despotismo que el de los demagogos de la hampa, encumbrados por el torbellino de la revuelta. 

Después de algunos trabajos políticos infructuosos, el señor Gamboa se vio en la necesidad de emigrar de los Estados Unidos, por haberle notificado el entonces Secretario de Estado, W. J. Bryan, “que no era persona grata para el Gobierno de la Casa Blanca”. Eligió La Habana como lugar de residencia, y desde hace algunos meses, trabaja en esa ciudad, dirigiendo una revista semanaria titulada La Reforma Social

Don Federico Gamboa es conocido más como literato y diplomático que como político. Ha escrito algunas novelas, y ha tenido a su cargo diversas legaciones en países sudamericanos y europeos. Es hombre honrado a carta cabal, caballero de conducta privada intachable, después de una juventud borrascosa; gran conversador y persona de atractivo por la simpatía y el ingenio que despliega. 

Más que la literatura, espera de él la patria bastante de su inteligencia y mucho de su honradez y buena fe. 

Transcripción e hipervínculos: Fernando A. Morales Orozco