Santiago Sierra Méndez (1850-1880)

por Enrique de Olavarría y Ferrari

Santiago Sierra Méndez (1850-1880)

Olavarría y Ferrari, Enrique de, El arte literario en México: noticias biográficas y críticas de sus más notables escritores. 2ª ed. Madrid: Espinosa y Bautista, ¿1878? pp. 80-83, 92-93.

Hijo Justo Sierra de un “noble y virtuoso sabio a quien la muerte arrebató al cariño de la patria y que no pertenece a Yucatán —estado de su nacimiento—, sino a la República y a la América entera”, como dice Altamirano, su familia toda es dada al cultivo de las letras. Su hermano Santiago Sierra es a su vez un literato distinguido por su erudición, un poeta elevado en su misma ternura, filósofo en la sencilla expresión de sus creencias soñadoras. Espiritista consumado, su vida es un sacerdocio poético, en que su alma hermosa y crédula se aduerme produciendo fantásticas leyendas impregnadas de la miel de sus estudios, que abrazan todas las ciencias, merced a un despejo de imaginación que le asemeja a un iluminado, a quien nadie niega su respeto porque lejos de la más mínima vulgaridad, su propaganda se distingue por esa extrema tolerancia propia del verdadero hombre de saber. Su versificación es dulce y fluida, su prosa correcta y elegante: si sus convicciones no son más que un sueño, como asegura la humanidad, las obras que ellas le dictan puras son y sanas, como sana y pura es su conciencia. No pretendo apartarle de su camino: sólo al escéptico debe llevársele la contraria: además, nadie lo lograría, porque su virtuosa consorte ha llevado a su reciente matrimonio el carácter de sacerdotisa de una creencia igual: donde el amor está, la severa filosofía jamás puede penetrar.

Transcripción y edición por Fernando A. Morales Orozco

Hipervínculos por Diego Eduardo Esparza Resendiz